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La Expedición AXA Club 14 Aurora Borealis

Hace ya algunos meses que no escribo. Y eso que algún viaje que otro hemos hecho. Estaba preparando algo grande. Y hoy es el día que puede salir a la luz. Señoras y señores: formo parte de la Expedición AXA Club 14 Aurora Borealis!!

Y eso qué es?, os podéis preguntar. Pues nada más y nada menos que conseguir llegar a Cabo Norte en moto durante los meses de invierno, intentando fotografiar nuestras motos junto a alguna aurora boreal. Nada más y nada menos…

Saldremos de Madrid el mes que viene (Febrero 2013) con dos Triumph, una Tiger 800 XC y una Tiger 1200 Explorer, que pilotaremos mi amigo Carlos Llabrés (Coco) y yo mismo. En un coche de apoyo irán la fantástica Alicia Sornosa, primera mujer española en dar la vuelta al mundo en moto y Pablo Sancho, otro gran amigo motero.

Dentro de poco os podremos dar más detalles. Hemos estado en silencio hasta ahora porque se han tenido que atar muchas cosas con patrocinadores y colaboradores,  pero a partir de ahora las informaciones de la expedición se producirán casi a diario. Estad atentos!!

Memorias de un viaje. El video.

Dos días en casa, la moto descansando en el garaje… Ha pasado poco tiempo, pero a veces me cuesta recordar cosas del inicio del viaje. Seguramente es que tengo poca memoria, o es que los paises y las ciudades han sido muchas, y los hoteles, recuerdos y sensaciones comienzan a mezclarse. Mi manera de tenerlo todo organizado es ésta. Espero que os guste.


Memorias de un viaje
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Día 14. 6 de Agosto. Nordkapp !!

Existen dos tipos de auténticos moteros: los que han ido a Cabo Norte, y los que lo harán alguna vez. Yo ya pertenezco al primer grupo. Y así ha sido:

El día comenzó pronto, ya que tenía que retirar la moto antes de las 8 de la mañana de donde la tenía aparcada. No quería acumular más multas de estacionamiento. Sorprendentemente, a las 7:55h la moto estaba completamente sola, como estorbando en una calle de escaso tráfico. No había ni un triste coche acompañándola. Me cercioré que no tuviera ningún otro papelito amarillo e inicié la ruta desandando los 80 kilómetros finales del día anterior, pero con una niebla que nacía del fiordo, aunque por encima de ella se podían adivinar los cielos despejados. Hoy será un buen día.

Cuando llevaba unos 200 kilómetros, me adelantaron como una exhalación tres moteros italianos, una R1200GS, una Diversion 900 (creo) y una Varadero. Me uní a ellos sin pestañear y seguí su ritmo, que excedía en 20 o 30 km/h el límite de velocidad. Yo seguía preocupado por los radares y los renos, y después de 10 o 20 divertidos kilómetros a su rueda, cuando ví que también cruzaban las poblaciones a esa velocidad, decidí volver a mi ritmo algo más legal.

Comenzaba a hacer calor. Pero calor de verdad. Llegué a ver los 22ºC en el termómetro de la moto! Es aquí donde el traje Streetguard 3 de BMW, con su membrana climática comenzaron a trabajar. Nada de calor! Y nada de frío después, cuando en algún larguísimo túnel rocé los 7ºC.

Además de en determinadas gasolineras, existen baños en muchas de las frecuentes áreas de descanso de las carreteras noruegas. Una simple caseta de madera los aloja. Pero cuidado al entrar. Bajo un módulo de plástico con forma de water se esconde el más nauseabundo agujero que he visto -y olido- en mi vida. Por lo tanto, los baños son solo para usarlos en caso de extrema necesidad.

Era la hora de la comida, así que saqué el pan de molde y el salami y dí buena cuenta de ambos. Cuando ya recogía, se me acercó una amable señora alemana que había bajado de un autocar, y me ofreció un plato de sopa caliente. Entre el calor que hacía y que ya había comido, lo que menos me apetecía era sopa caliente. Cualquier otro día de este viaje lo hubiera aceptado encantado, pero hoy… Así que se lo agradecí, y me excusé. Pero la señora insistía, y hasta me cogía del brazo para que me reuniera con el resto de la expedición de jubilautas germanos.

– No gracias. He de irme, que si no, no llegaré a tiempo a Cabo Norte.- le dije.

– Ah! vas a Cabo Norte? Pues te queda un buen trecho! Nosotros venimos de allí! Ten mucho cuidado con los renos! Está plagado!

Y yo me quedé pensativo. Hace unos 5000 kilómetros que veo casi continuamente señales de precaución por los dichosos renos. De hecho, hay dos tipos de señales, unas que son renos, y otras que parecen alces, pero no había visto ni uno ni otro en todo este tiempo. Cuando te pasas tantas horas solo en la moto, tienes tiempo de pensar. Y mi teoría sobre los renos es que no existen. Ni uno. Desde hace años se extinguieron. Pero claro, es un atractivo turístico tan grande para el gobierno noruego que lo han tenido en secreto durante todo este tiempo. Y estaba seguro que cuando llegara a Cabo Norte estaría esperándome un agente del Gobierno que me daría 500 coronas para que guardara el secreto, así como unas cuantas fotos y videos en un pendrive para enseñar a los amigos. Así lo venían haciendo con todos los turistas desde hace más de 10 años. Seguro.

Así que lo que pensaba era cuánto tenía que haber pagado el agente estatal para sobornar a todo ese autocar alemán. Un pastón. Con esas reflexiones seguí ruta hacia el norte. El objetivo del viaje estaba a punto de hacerse realidad. En unas horas podría tocar “la bola” de Cabo Norte!

Y entonces los ví. Decenas de ellos. Salieron de la izquierda, sin avisar. Cruzaron la carretera y se pusieron a andar justo delante mío. Grandes, pequeños, marrones e incluso alguno blanco. Con sus enormes cornamentas aterciopeladas. Toda una auténtica manada de renos!! A partir de entonces mis ojos estuvieron más atentos a los arcenes y menos al GPS. Un segundo de despiste podría suponer un serio encontronazo con un reno. Es por ello que la mayoría de camiones con los que me crucé llevaban unas enormes rejillas paragolpes en su frontal. La teoría del secreto gubernamental sobre los renos se iba desmoronando curva a curva. Ahora un reno, ahora son dos… ahora una manada completa…

Y finalmente… Nordkapp. N71º10’21”. La carretera transitaba ya por la tundra, rala y sin árboles. Con verdes praderas donde los renos seguían pastando a sus anchas. Tras pagar la -cara- entrada, dejé la moto en el parking, mirando de reojo cómo llegaban los veloces italianos de esta mañana -¿dónde les habré adelantado?-. Y tras pasar el edificio del complejo turístico la ví. La bola. Enorme, más grande de lo que imaginaba. Entonces, un acúmulo de sensaciones y emociones me inundaron el pensamiento. 8000 kilómetros, 5 meses de preparación, horas y horas de ilusiones, amigos, familiares,… todo eso había sido metido en una coctelera y tras agitar había salido esa bola. Mágica…

Estuve varias horas en el recinto. Tras explorarlo concienzudamente, incluida la tienda de souvenirs y el magnífico documental en el cine panorámico -muy recomendable-, volvía irremediablemente con la bola, con “mi” bola… Tenía tal magnetismo que me arrastraba constantemente a su lado, como si no quisiera separarme de ella.

Y seguía pensando… Gente a la que quiero me dijo que había elegido un punto en el mapa, había clavado una chincheta en él y que había conseguido cumplir lo soñado. Nada más acertado. Clavé la chincheta y ésta se convirtió en bola. Y allí estaba yo, a su lado. Si algo he aprendido en este viaje es que el ser humano tiene capacidad de conseguir todo lo que se proponga. Y que independientemente de que lo consiga o no, la grandeza está en intentarlo.

Hoy es un gran día, así que haremos una fiesta. Aquí tenéis la galería de fotos de Nordkapp:

Y el vídeo:


Nordkapp N71º10'21"
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Hoy he recorrido 663 kilómetros en 8 horas y 4 minutos, a una media de 82 km/h. El consumo ha sido de 4,5 l/100km. Llevamos recorridos 8037 kilómetros y… ESTAMOS EN CABO NORTE!!

PD: Nunca sabréis si me encontré al agente del Gobierno noruego en Cabo Norte… No me hagáis hablar… cambiemos de tema. Aquí tenéis la ruta del día:

The Long Way North. Day 14


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Preparando el retorno: Cabo Norte – Barcelona


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Retorno épico. Los días se acortan cuanto más al sur me encuentre… Y sobre el mapa esos días se me antojan cortos, aunque el contador de kilómetros diarios me da vértigo. 
Ya tengo fecha de salida, el sábado 24 de julio. Y eso quiere decir, que con toda la ruta programada, tendría que tener fecha de regreso: 18 de agosto. 26 días encima de la moto. Para quererla o para odiarla, eso está por ver. Serán unos 14.000 kilómetros, 2.000 más de los previstos, a una media de 590 kilómetros diarios, si descuento el par de días de descanso (previstos en Helsinki y en Tallinn). Demasiados? El tiempo lo dirá. Despliego el mapa y observo: De Barcelona a Bali en línea recta no llegan a 13.000… Bufffff…. Las comparaciones son odiosas…
Los Países del Este bien merecerían un viaje para ellos solos, y si mi relación con mi querida BMW no se trunca tras tantos kilómetros con ella, podría ser un próximo destino. Pero ahora el tiempo apremia y el turismo ya está hecho en Noruega. Así que (con ligeras licencias) este será un retorno a tiro hecho.  He planificado paradas indispensables en las capitales bálticas, en Cracovia, Bratislava y Budapest. Así, recorreré Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Eslovenia, Italia y Francia, para regresar nuevamente a España. Junto con los países de la ida, serán 16. Un buen ramillete. Me cabrán todos los escudos pegados en las maletas?

Preparando la segunda parte: Estocolmo – Cabo Norte


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Grandes dilemas han pasado por mi cabeza durante la planificación de esta parte del viaje, quizá la más importante. TheLongWayNorth no es simplemente un viaje en moto, de carreteras reviradas y experiencias moteras, sino que quiero compaginarlo con cierto contenido turístico y sobre todo fotográfico. Sé que es difícil contentar por igual a todas esas partes de mi: la motera, la fotógrafa y la viajera, pero he intentado llegar a un equilibrio, que si bien no es perfecto, creo que satisfará todas mis ambiciones.

Por eso la subida hasta Cabo Norte la realizaré por Noruega. Muchas ruteros prefieren subir lo más rápidamente posible, para cumplir el objetivo sin sorpresas, y bajar haciendo turismo por los fiordos. Pero mi regreso está previsto por otro lado, por los países del Este (es la parte que me falta planificar, y la que me entusiasma realmente… sin desmerecer los fiordos!),  así que mi viaje al norte será realmente largo y revirado, atravesando Noruega de sur a norte.
Oslo, Bergen, los fiordos del Sur, el glaciar Jostedalsbreen o las Islas Lofoten están dentro del trayecto. En total, desde Estocolmo serán -siempre que se cumpla la planificación, cosa que no tengo nada claro- 9 jornadas hasta Nordkapp. No hay descanso, excepto el día que pasaré en las Lofoten, en el que solamente recorreré unos 250 km. 
La jornada más larga serán casi 590 kilómetros de carreteras reviradas -ahora encontrar una autopista es misión imposible,… y aburrida-. Me he dado cuenta que en Noruega las jornadas no hay que planificarlas por kilómetros, sino por tiempo… ya que depende qué carreteras se tienen que recorrer extremadamente despacio, y además los ferrys te trastocan toda la programación. Así, tengo previsto una media de 8 horas diarias de conducción real, siendo alguna de ellas hasta de 9 horas y 45 minutos. Intentaré madrugar, sobre todo en estas etapas maratonianas, aunque la gran cantidad de horas de sol de las que dispongo en esta época del año seguro que me ayudarán a concluir alguna jornada que otra. A esto hay que sumarle que no tendré alojamientos reservados, y no es plan de buscarlos a eso de las 9 de la noche en un país escandinavo, donde supongo que los horarios no son como en España.
A decir verdad, lo que más me preocupa es aguantar día tras otro este ritmo… Pero sin dificultades,  los retos y las aventuras dejan de serlo. La satisfacción de realizarlos es directamente proporcional a las dificultades encontradas.
Como vengo haciendo, ahí arriba tenéis el mapa. Y aquí el rutómetro más detallado.
Por favor, si has estado por la zona y me quieres dar alguna recomendación en vistas de la ruta prevista, no dudes en dejar un comentario. Me irá de fábula!

Preparando la primera parte: Barcelona – Estocolmo

En teoría era la parte más sencilla de preparar. “Trácese una línea recta entre los dos puntos deseados y sígase las autopistas más cercanas”. Parece fácil, pero ayer noche comentando el tema con expertos moteros no me lo parecía tanto. Y es que el viaje tiene determinadas premisas que me complican las aparentemente sencillas instrucciones. A saber:

  • No quiero coger ferrys, trenes, ni ningún otro medio de transporte que no sea mi BMW. Ya sé que en Noruega me cansaré de ferrys, pero en esta primera parte quería evitarlos. Así que para entrar en Suecia solamente existe una vía: el magnífico puente de Öresund que conecta Copenhague con Malmö. Hace unos meses lo atravesé en tren y fue una grata experiencia.
  • En Suecia comienza el viaje de verdad, así que a partir de allí las autopistas solamente son una opción, no una necesidad. Y quería recorrer la costa sur y este para llegar a Estocolmo, en lugar de continuar por la autopista más directa.
  • Desde Barcelona son más o menos 3000 km hasta Estocolmo. Teniendo en cuenta que el primer día (que en teoría vas descansado) puedes hacer 1000 o 1200 km, me quedan unos 1800 a repartir en 3 días más. El último día antes de Estocolmo puede ser un poco más duro, porque tengo pensado un día de descanso y visita en esta ciudad.
Por lo tanto, el primero borrador de esta primera parte quedaría, en grandes rasgos, así:
  • Día 1: Desde Barcelona hasta Strasburgo, Francia. Unos 1100 km.
  • Día 2: Desde Strasburgo hasta Hamburgo, Alemania. Unos 750 km.
  • Día 3: Desde Hamburgo hasta Helsinborg, Suecia. Unos 600 km.
  • Día 4: Desde Helsinborg hasta Estocolmo, Suecia. Unos 730 km.
Aquí tienes el mapa

Ver TheLongWayNorth 1 en un mapa más grande
Y aquí, el rutómetro más detallado.
Qué os parece? Alguna sugerencia?

El por qué de todas las cosas

08 de marzo de 2010
Leyendo otros blogs más respetables, de moteros que están dando la vuelta al Mundo, me parece de chiste que esté escribiendo esto. Relatar cómo preparo el viaje de preparación a la escapada al Norte de este verano no deja de provocarme cierta vergüenza. Pero es mi aventura, y por tanto, igual de respetable.
Todo comenzó cuando mi primo, motero de toda la vida, me habló de cierto documental que relataba la aventura del actor Ewan McGregor y su amigo Charley Boorman dando la vuelta al Mundo desde Londres hasta Nueva York vía Asia en sendas BMW 1150 GS. “The Long Way Round”, le llamaron. Comencé a verlos algo escéptico, porque suponía que iba a ser todo un montajillo hollywoodiense descafeinado. Pero la verdad es que me cautivó. Me cautivó tanto que quizá no he podido pensar en otra cosa desde que vi el primer capítulo hace casi dos meses. Tanto que seguí viendo las continuaciones “Race To Dakar”, donde Charley se aventuró en la carrera más dura del Mundo, y “The Long Way Down”, donde ambos viajaron desde Escocia hasta Ciudad del Cabo.
Era fantástico. Yo quería hacer eso. Países exóticos, aventuras en moto, buenos momentos, malos tragos… La moto ya la tenía. No por otra cosa, y a pesar de mi pasado más velocista que rutero, ahora dispongo de una fantástica BMW F800GS de la que estoy encantado. Ahora faltaba saber si yo me atrevería a embarcarme en la aventura. A mis más de 40 años la sensatez me decía que ya se me había pasado el arroz, aunque desde hace bastantes años no le hago caso a la edad que tengo. Pero quizá dejarlo todo durante varios meses no era lo conveniente para mi situación laboral en este momento. Así que me he aventurado a preparar el viaje al mítico Cabo Norte, el punto más septentrional de Europa. Ya dejaremos las aventuras de verdad para un momento más propicio. Así que un fin de semana me lié la manta a la cabeza y comencé a comprar guías de Escandinavia y saturé a Google de búsquedas referentes al viaje en moto al Cabo Norte. Y como tengo cierto ramalazo exhibicionista, y como no es lo mismo vivirlo que contarlo, no podía dejar de explicarlo al mundo.
En las próximas entradas iré contando todo lo que me sucede en relación a este viaje, que emulando a Ewan McGregor he llamado “The Long Way North”. No pretendo enseñar a nadie a preparar una hazaña épica de las dimensiones que supone 12.000 kilómetros de moto en solitario, sino que pasemos un buen rato yo explicando y tu, sufrido lector, leyendo y riéndote conmigo. Desde la planificación del viaje, los pasos que voy siguiendo o la preparación de la moto, hasta la aventura pura y dura, iniciando desde este momento un cuaderno de bitácora donde lo sabrás todo de mi aventura. Espero que me acompañes!
Por lo tanto, ponte el casco, que comenzamos!