Aunque los grandes viajes son los más deseados, las pequeñas perlas que te encuentras en el camino de la vida los fines de semana son el combustible necesario para poder afrontar con ilusión los días de trabajo. Albarracín, las hoces de Beteta, Cuenca y la ruta del mimbre fueron los escogidos para ese frío fin de semana de febrero. Carretera en buena compañía, relax, buenos manjares y mejores sonrisas. Corta pero intensa. Aquí tenéis un pequeño vídeo que a ciencia cierta sabrá a poco.