Quizá Almería es de las provincias que tenemos más olvidada. Ya no entra dentro del rango que podemos visitar en un fin de semana normal, por lo que debemos esperar a tener un puente o un periodo más largo para planificar un recorrido. Y de momento no se ha dado ese caso. Y mira que tenemos zonas pendientes de visitar, como todo el entorno natural del Cabo de Gata, que me atrae de manera especial.
Pero esto no significa que no hayamos pisado tierra almeriense con nuestras motos. De hecho hicimos una visita relámpago en la Semana Santa de 2013 para coger el ferry destino a Melilla, para nuestro primer viaje motero a Marruecos. Recuerdo llegar a la capital justo a tiempo para cenar en su casco antiguo, pegado a las murallas. Multitud de tascas y bares, lugares idóneos para salir a tapear y a disfrutar del clima cálido de la zona, independientemente del mes del año. Como anécdota, decir que sus procesiones nos cerraron multitud de callejuelas que necesitábamos recorrer camino del ferry. Afortunadamente siempre intento ir con suficiente antelación para evitar sorpresas, y ese día nos evitó el desastre.