De Orvieto a Perugia. La Ruta Adriática. 18

Que sí, que hoy volvía a tener el día cruzado. Daban mucho calor, la cadena de la Ducati parece que se tensa sola, no hay manera de dejarla bien tensada (igual es que es que llevo más de una década con cardan…). Pero teníamos unas cuantas cosas que ver, acabábamos en una ciudad que tenía muchas ganas de descubrir… así que no había razón para el cruzamiento… Hasta que comenzó a diluviar.

Nos dio para ver (de lejos) la fortaleza de Radicofani y la de Castiglione d’Orcia. Pero al llegar a Bagno Vinoni empezó a caer la del pulpo. Y con rachas importantes de viento que hacía que la rueda delantera de la Ducati tomara vida propia. Belén dice que no es el día de los que más viento hemos cogido, y que ella con su Ducati roja iba muy bien. Como tengo casi la certeza que el color no influye en eso, he de entender que el peso de la BMW (o su telelever, o vete tú a saber) me daba más aplomo. Por lo que fuera, iba a 30 bajo la lluvia e intentando no comerme los baches y los grandes charcos -en algún momento casi inundación- que nos íbamos encontrando.

Y es que habíamos suspendido la mitad de la ruta (no era plan de no ver absolutamente nada y de ir para arriba y para abajo con los chubasqueros) y decidimos ir directamente a Perugia, que era el punto final en el que teníamos bastantes cosas a descubrir.

Y en Perugia descubrimos varias cosas, entre ellas que tiene unas cuestas de aúpa. Y callejuelas estrechas con giros imposibles que hacen que la mejor moto para circular por ella sea una moto aparcada. Mejor a pata, a escalar. Pero una vez llegas a su plaza del IV de Novembre… la brutalidad te abruma. Palacios, catedrales, fuentes… Opulencia medieval.

Y por si eso fuera poco, unas callejuelas anexas repletas de callejones, escaleras minúsculas, arcadas, balcones suspendidos… Y si fuera eso poco, una verdadera ciudad medieval en el subsuelo, con más callejones, arcadas, bóvedas… En definitiva, una maravilla.

Y después de un Spritz Aperol al que también le tenía ganas (no os flipéis los fans, que tampoco es para tanto…) y de una cena en condiciones a ritmo de jazz, dejamos que las neuronas se empapen de los recuerdos de Perugia para no olvidarla nunca más. Buona notte.

1 comentario en “De Orvieto a Perugia. La Ruta Adriática. 18

  1. Juan Ignacio

    Pues a mí no se me está haciendo largo vuestro viaje. ¿Con quién hay que hablar para que os den más días de vacaciones? Así podremos disfrutar de unos minutos de lectura y dejar volar la imaginación de esos lugares que nos describís brevemente. Forza.

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