De Novo Mesto a Bihac (BiH). La Ruta del Adriático. 7

Cuando comienzo a ver mezquitas, las calles huelen a cordero a la brasa y el camarero te entiende a medias cuando le hablas en inglés, es que he llegado a donde quería llegar. El viaje por fin ha empezado a ser trascendente, de esos que recuerdas año tras año: “¿te acuerdas cuando el camarero me traía una cerveza más en lugar de traerme la cuenta?”. Si, hemos llegado a Bosnia y Herzegovina.

Hemos empezado el viaje en Eslovenia, con mucha calma ya que debido a la improvisación de ayer, hoy debíamos hacer pocos kilómetros. Pero cruzaríamos un par de fronteras. En Novo Mesto, al lado del hotel, fuimos a ver su castillo, que más que castillo era un caserón del siglo XVIII. Pero con encanto. Después de eso, y sin encontrar -por enésima vez- una pegatina de Eslovenia, pasamos la frontera croata.

Seguimos la ruta, hasta que vimos en Ribnik un precioso castillo circular que no teníamos  previsto encontrar. Muy fotogénico. Además, con escasos 20ºC y cielos nublados todo nos parecía 100 veces más maravilloso que los días previos, donde el calor no favorecía disfrutar de prácticamente nada.

Seguimos hasta el castillo de Frankopan, que en realidad sería mucho más antiguo pero no era nada del otro mundo, al menos a nivel estético. Dos fotos de rigor y seguimos ruta entre frescos bosques, verdes laderas y pastos con olor a heno. La siguiente parada era el monumento Banija & Kordum, que es de estos de la antigua Yugoslavia que están medio destartalados pero que a mi me gustan tanto. Pero a 3km de llegar la carretera presentaba unas barreras que dejaban claro que por ahí no se podía pasar. Paramos un rato a descansar a su lado hasta que vimos una pareja croata con una V-Storm que venían desde el otro lado de la barrera. Intentaban pasar por una pasarela de madera medio podrida que en realidad era el camino peatonal que salvaba la barrera. Lo vi en dificultades así que me ofrecí a ayudarles empujando su moto. Entre los cuatro, conseguimos que pasara. Hacía tiempo que no sentía ese espíritu de camaradería entre moteros, más allá de hacer “V’s” cuando te cruzas. Pasamos un agradable rato charlando de esas cosas que hablamos los moteros.

Tocaba pasar de frontera nuevamente, esta vez a Bosnia y Herzegovina. La frontera fue más trabajada con control de documentos nuestros y de las Ducati. Todo en orden, podíamos seguir camino. A poco de pasar la frontera abortamos la idea de llegar hasta el castillo de Velika Kadusa, debido fuertes rampones sin asfalto que llegaban hasta él. Seguimos camino con tranquilidad, parándonos a comer a pie de carretera en una antigua parada de autobús, quedaba poco más de media hora para llegar al hotel e íbamos genial de tiempo.

La última visita programada del día era el castillo de Ostrozac. Sin mucha idea de si había que pagar o no, acabamos en sus jardines interiores lleno de esculturas pintorescas. Admiramos su arquitectura y salimos sigilosamente por si en un descuido nos habíamos saltado las taquillas.

A pocos kilómetros de allí encontramos nuestro hotel, nuevo, de gran categoría y barato: otro de los alicientes de estos países balcánicos. Descansamos, hicimos la colada y por la noche dimos una vuelta por la ciudad cenando comida local (con algún que otro problema idiomático con el camarero, que confundía “bill” con “beer” y de poco me trae otra! Mañana toca viajar por Bosnia, con temperatura similar y seguro que con tan buenas sensaciones como las que nos ha deparado el día de hoy.

2 comentarios en “De Novo Mesto a Bihac (BiH). La Ruta del Adriático. 7

  1. Juan Ignacio

    Buenos días. Me gusta leer este resumen al empezar la mañana. Gracias por estos minutillos de esparcimiento. A ver si se mantienen esas temperaturas por unos días, porque como tú dices, el mismo castillo a 20º te gusta mucho más que a 35. Bueno, querría haceros una pregunta. En una de las fotos anteriores observé que lleváis unos chalecos «para el calor». Llevo años con la duda de si serán al menos un poco efectivos. Con eso me conformaría. ¿Qué os parecen a vosotros?

  2. smorchon Autor

    Muchas gracias por tus comentarios! A modo de resumen, los chalecos refrigerantes se notan bastante si hacen menos de 32-33ºC (y siempre que lleves un traje perforado, claro… Si no entra aire, no sirven de nada). A partir de 34-35ºC… tienes calor igual. Pero en realidad te alarga el momento de agobio por calor unos 10º. Saludos!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.