De Andorra a Zaragoza. La Ruta Adriática. 25 y fin.

A ver, que da cosa escribir en el blog la etapa Andorra-Zaragoza que podría hacerse cualquier fin de semana. Pero las circunstancias son siempre la clave. No todos los fines de semana haces un Andorra-Zaragoza con ropa sucia de 25 días que has paseado por 14 países.

Bueno, eran 4 horas, así que nos tomamos el día con calma. Las tiendas en Andorra abren a las 10 de la mañana, por lo que calculamos la hora de levantarse en función de eso. Y mira que tampoco teníamos que comprar nada… pero al final algo siempre cae. En definitiva, que a eso de las 11 ya estábamos en la frontera, la última frontera del viaje. Y volver a España, a las señales de tráfico españolas, al tipo de conducción española… pues da bajón. Pero es lo que hay.

En Coll de Nargó, después de hacer alguna foto a su espectacular iglesia románica, enfilamos la carretera hasta Isona, por el Coll de Bóixols. Es una de mis favoritas. Hoy se me ha hecho un poco larga, pero sigue siendo de mis favoritas.

Intentar comer en Àger fue misión imposible. Una vuelta por el pueblo, más buscando restaurante que mirando monumentos, y seguimos ruta. Lo mejor, que 4 kilómetros después comimos en un restaurante en lo alto del Port d’Àger. Brasa, mel i mató… espectacular.

Y fin. Porque Lleida-Zaragoza por autopista lo hago dos veces por semana y tiene poco que contar. Lo que sí ha dado que contar son los más de 8500 kilómetros en 25 días. Si cuento bien han sido 14 países: Francia, Italia, Suiza, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Kosovo, Macedonia del Norte, Albania, El Vaticano, San Marino, Mónaco y Andorra. Vale que Suiza fueron 3 kilómetros y Andorra un poco improvisado. Pero ha sido un gran viaje. Tanto en números, datos y piedras visitadas, como en sensaciones. Y no me refiero únicamente a las nuevas motos (de eso haré un post especial con detalles pormenorizados sobre las Ducati y el material utilizado para viajar este año). Me refiero también a las sensaciones de volver a viajar después de tres años. De incertidumbre hasta el último momento de poder hacer el viaje o no por motivos familiares… Y me alegro de que todo, o casi todo, haya vuelto a la normalidad. Ahora os dejo que tengo que ir preparando el viaje del año que viene. Y gracias por estar ahí. Buenas noches.

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