Dos días. La cuenta atrás toca a su fin, y es necesario ultimar algunas cosas. El equipaje ronda en mi cabeza desde hace horas, como flotando en una nube demasiado grande para ser metida en esa maleta. Habrá que desechar cosas, habrá que inventar espacios. Las tres maletas se me antojan insuficientes para llevarlo todo, pero la experiencia me dice que siempre cabe todo.
La moto está preparada, revisada, con neumáticos nuevos. Esperando. La ruta, ya planificada, y el primer hotel en el Valle de Aosta ya reservado. Parece que hará buen tiempo. Todo está de cara, esperándonos para rellenar ese huequecito en nuestra memoria que hemos preparado para todas las vivencias que están por venir. Y así, alimentar otros once meses de tediosa espera hasta el siguiente reto. Así es la vida…
La tensa espera hasta el martes se hace interminable, con ganas de hacer el equipaje, de montarlo todo en la moto y salir pitando hacia Oriente. Ganas de saber que hemos planificado bien, de saber que no nos hemos dejado nada en casa. Ganas de estar harto de moto y esperar con ansia la siguiente parada. Ganas de escribir el primer tweet del viaje, de escribir el primer post y de editar el primer video. Ganas de que Belén experimente por vez primera el placer de los grandes viajes, de saberse capaz de conseguir grandes retos, de vencer a la aventura… Ganas de que vosotros lo leáis y lo disfrutéis con nosotros.
Quedan dos días para comenzar #LaRutaDeOriente. Nosotros estamos preparados. Y vosotros?
Lo estamos myfriend, lo estamos 🙂