La travesía en ferry desde Durrës a Bari fue muy placentera, exceptuando los ruidosos motores que parecía teníamos al otro lado del tabique. La salida del barco, algo caótica, como corresponde a un ferry entre Albania e Italia. La primera parada la hacemos en el propio Bari, y paseamos por las callejuelas del centro, visitando tanto la basílica de San Nicola como la Catedral de San Sabino. Ambas de una piedra blanca, blanquísima, y con una estructura románica muy similar, como también veremos en otras poblaciones costeras. Un desayuno con un capuchino bien hecho y un bote de Nutella rodeado de croissant y ya habíamos cargado pilas.
Molfetta era el siguiente punto. Calco estructural de Bari, con un centro histórico lleno de callejuelas y el Duomo de San Corrado junto a la playa, también románico, algo más coqueto que los de su vecina Bari.
Desde ahí, nos trasladamos algo al interior, hasta Castel del Monte, que sorprendentemente es un castillo que está en lo alto de un monte. ¿Casualidad? ¡No lo creo!. Así, redondo y rotundo. Pero con un parking de pago que además se encontraba bastante lejos del propio castillo. Así que abortamos misión, parada para foto lejana y para la costa de nuevo.
Trani y Barletta tienen iglesias casi calcadas también con piedra blanca (que se ve que es piedra de Trani). De todas ellas, quizá me quedo con la de Trani, con ese campanario con el arco abajo, rodeada de una despejada plaza y al lado del Adriático.
Hacia Foggia las carreteras son estúpidamente rectas. Más bien autovías, de dos carriles, desiertas y tremendamente bacheadas. Y con unos límites de velocidad caprichosos y ridículos que nadie en su sano juicio respetaría. Y en Foggia… ni un alma por la calle. Lunes festivo… Pasamos hacia su catedral, también blanca pero ya de otro estilo más neoclásico. Y es que fue restaurada tras un terremoto.
Y después de la noche del ferry, traslado al hotel en Campobasso. Las carreteras siguieron rectas, desiertas y bacheadas hasta los últimos 20 kilómetros, donde nos desperezamos un poco y disfrutamos de las Multistrada, que ya se estaban quejando de tanto bache.
Hoy nos despedimos temporalmente del Adriático y nos vamos hacia el Tirreno, pero en unos días volveremos a verlo. Buenas noches.