A ver, que hoy había más cosas para estar contento que para estar agobiado: Hemos visto varios pueblos de tres estrellas, hemos comido a la orilla del mar, hemos disfrutado de un Nestea casi helado que recordaré en años,… Pero mira, me he cruzado a mitad de tarde, vaya usted a saber por qué. Y eso que Belén ha intentado animarme, pero no he estado a la altura de las circunstancias. Supongo que algo de calor he pasado. Y medio deshidratado que estaba…
Hoy el día ha transcurrido por Ragusa***, un pueblo espectacular donde su zona baja quedó devastada por un terremoto, y les dio por restaurarlo. Lo que impresiona es la cantidad enorme de casitas, tejaditos, callejuelas y placitas que hay, a todo lo que te da la vista. No se acaban nunca. Y todo eso lleno de escalones. Nos estamos haciendo adictos a las escalinatas.
El segundo punto de visita era Marzamemi**, un pequeño puerto pesquero atunero que tiene una plaza de lo más coqueta y tranquila, a pesar de los múltiples restaurantes que tiene. Creo que está más pensado para la noche que para el mediodía, pero hemos disfrutado de su Nestea halado que hemos conseguido in extremis porque cerraban el súper, y de una comida ligera a pie de mar Mediterráneo.
Noto*** ya me la esperaba monumental, pero me ha sorprendido aún así. Si vas por la calle central, durante centenares de metros no paras de encontrarte iglesias, catedrales, palacios, teatros,…. Un despilfarre de barroco! Un pueblo para disfrutar a pesar del calor que seguía haciendo. Y allí es donde me he comenzado a cruzar.
Y llegué cruzado a Siracusa y su casco antiguo que ocupa una isla. Ni los waterpoleros en piragua, ni las múltiples bodas, ni Belén intentando que comiéramos y bebiéramos algo me han sacado de este estado de pesimismo que no me merezco. Solo me hacía falta echar una mirada a mi alrededor, a pesar de que nuestro hotel en Catania no era el que elegimos en un primer (ni en un segundo) momento… cosas de booking y de overbooking… Pero no está mal. Digo que miro a mi alrededor, veo las fotos del espléndido día de hoy, veo a Belén disfrutando de unas merecidas vacaciones, miro el calendario y veo que aún nos quedan más de veintipico días de viaje… Y qué más quiero??? Se acabaron los días cruzados. Lo prometo.