Cuarta vez en Albania y la cosa cada vez está más europea. Lo que hace 8 años eran caminos de tierra con pretensiones de carretera durante decenas de kilómetros, hoy era una magnífica autovía. Bueno, de esas autovías donde cruza gente, aún ves algún burro y de pronto tienes un cruce. Pero autovía. Incluso a la tercera, hemos encontrado una gasolinera que se podía pagar con la VISA. Cada vez quedan menos territorios comanches.
Hasta el ferry de Bari a Dürres casi sale puntual. Y ha llegado solo con una hora de retraso. La idea de hoy era atravesar de norte a sur Albania para llegar a Meteora, ya en Grecia. Y así lo hemos hecho, salvo pérdida del GPS donde aún no habían metido un trozo de esa nueva autovía, y hemos tenido que volver atrás 20 kilómetros.
Hemos comido, como venimos haciendo siempre que visitamos Albania, en una de las múltiples gasolineras abandonadas que te encuentras a pie de carretera. Abandonadas por todos menos por los pájaros que habían anidado en el tejado, y por un maldito mosquito que insistía en picarnos. Albopictus o tigre, no se ha dejado ver tanto. Al final hemos tenido que usar palabras mayores: DEET al 50% y ya ha dejado de acercarse. Las hormigas con aspecto de escorpión ya era otra cosa. Pero parece que iban a la suya.
En la frontera con Grecia ha comenzado a llover algo más intensamente. Pero tampoco tanto. De hecho toda la mañana ha estado nublado dejando unas temperaturas de lo más agradables. En esas que estaba lloviendo algo más y nos hemos desviado para ver las gargantas de Vico**. Son interesantes porque al parecer son las más profundas del mundo, teniendo en cuenta su anchura. Y la verdad es que verlas ha valido la pena, a pesar de los cuarenta kilómetros que nos añadía a la ruta. Además, hemos visto tortugas. Bueno, una y media, si contamos las tortugas atropelladas como media tortuga.
En definitiva, que tenemos hotel con vistas a los monasterios de Meteora***. Mañana vais a flipar con las vistas desde la ventana. Ahora le dejo el iPad a Belén y nos vamos a ver la puesta de sol desde los monasterios. Corrijo, que se ha nublado todo. Directos a cenar que Belén está muerta de hambre.